Con la dirección de Daniel Abril, Teatro El Despecho presenta una versión poco convencional de la obra del dramaturgo español Federico García Lorca: “La casa de Bernarda Alba”.

“House of Bernarda”, del Teatro El Despecho, parte de un texto de Federico García Lorca para presentar una versión transgresora que plantea otras realidades.

La humanidad, tanto del que produce el arte como de quien asiste a verlo, nutre a la obra y la transforma en un manifiesto superior a su autor. En el teatro, por ejemplo, autores como Shakespeare o Lorca tienen tantas versiones en distintos idiomas y en tantos contextos que es difícil precisar dónde comienza el gesto del intérprete y dónde termina la pluma del dramaturgo. Sus obras poseen cierta universalidad que las convierte en viajeras del tiempo y el espacio con facilidad, y gracias a esto existe un repertorio tan variado de propuestas, montajes y versiones libres. Detrás de ello, sin embargo, siempre hay una puesta en relieve, una decisión, una especie de pinchazo personal, un toque que solo puede surgir en un contexto determinado. Las preguntas con las que se valora dicha obra de arte la transforman de formas tan mágicas que permiten que autores como Brecht aún tengan vigencia.

Teatro El Despecho, con la dirección de Daniel Abril, está próximo a estrenar House of Bernarda, una versión estilo drag queen de La casa de Bernarda Alba, obra de Federico García Lorca. Este texto, uno de los más representativos del escritor español, cuenta la historia de Bernarda y sus hijas, que están de luto por la reciente muerte del padre de la familia. La forma en la que Bernarda impone atravesar el duelo para ella y sus hijas implica un aislamiento que es mucho más drástico que el de una cuarentena. Sus hijas padecen este encierro como una suerte de castigo a su condición de mujeres, ya que todas añoran un destino diferente con una libertad imposible en el contexto de la obra y que, hoy por hoy, es cada vez más demandado por la mujer contemporánea. La variación particular de esta versión pone en relieve preguntas de gran relevancia para nuestro tiempo y, como toda gran apuesta artística, el escenario se convierte en una plataforma para compartir preocupaciones e interrogantes sin respuestas. La transformación que implica la decisión de que una obra llena de mujeres sea interpretada por un puñado de hombres que exploran lo femenino en el cuerpo masculino descubre miradas que aún están por indagar en el discurso de lo artístico.

Dotados de un texto de gran riqueza literaria, algunas de las oraciones de la obra resuenan de otro modo cuando son dichas por un hombre, ya que fueron escritas para una mujer. La pregunta que nace de este experimento no concluye qué podría decir un hombre por una mujer, sino qué podría decir un hombre sobre otro hombre. La evolución de los discursos de género, más que darnos una respuesta de un deber ser, nos pone a reflexionar sobre el papel que jugamos como humanidad fragmentada y dividida entre hombres, mujeres y otra serie de seres maravillosos. Somos humanos atravesando el tiempo y sus angustias: la soledad, el encierro, la envidia, el amor, la muerte, las apariencias, el suicidio…

House of Bernarda se pone en el ojo del huracán cuando propone un gesto de tanto valor social. La mezcla arriesgada de trabajar con un autor cuyas piezas son tan conocidas y cuyo lenguaje se aleja de lo coloquial implica un gran reto para el equipo. La estética drag queen, su necesaria búsqueda de lo femenino y la precisión de cada detalle alrededor de lo que implica la transformación prometen poner en tensión el tiempo, los contextos y las miradas del dolor atravesadas por seres que poseen una naturaleza híbrida, pero necesaria en el campo de las preguntas actuales. De todo esto solo puede resultar una reivindicación del autor y su palabra.

La obra, que nacerá en el Teatro Libre, tendrá funciones del 10 al 13 de febrero y, aunque la incertidumbre de este tiempo no permite la certeza de lo presencial, Teatro El Despecho resistirá.