Hay dos cosas que nos hacen sentir que estamos vivos: el oxígeno entrando en los pulmones y los colores entrando por las retinas. Ambas cosas se dan de la mano en el trabajo de este joven ilustrador digital. Cuando el espectador se enfrenta a unas de las obras del vietnamita Nguyen Thanh, siente que el aire le da en la cara y que su imaginación y sus sueños fluyen de manera arrebatadora.
Nguyen (1990) nació y creció en el campo en el suroeste de Vietnam. Cuando tenía 15 años se mudó a Saigón para estudiar y comenzar a trabajar. A finales de 2020, vuelve a su ciudad natal en Can Tho y comienza a dedicarse a tiempo completo haciendo lo que ama.
Inspirándose en la tradición y el folclore de su país, reinventa todo lo que conoce y lo expresa a través de la ilustración y el diseño gráfico.
“Traté de aprender a usar el ordenador por mí mismo y aprendí software digital en Internet […] en el proceso de dibujar y recibir comentarios de familiares, presto atención a las expresiones faciales de los personajes y al color en la obra. Mi arte refleja en gran medida las cosas íntimas, gentiles y humanas que me rodean”.
Sus ilustraciones está llenas de figuras femeninas y ensoñadoras que visten el vestido típico vietnamita y que habitan mundos surrealistas de colores pastel que nunca hemos visto y que deseamos conocer.
Mundos de vegetación exuberante y pájaros cubiertos de escamas de pescado, flotan creando fantasías en las que se mezclan la imaginación y ciertas tradiciones asiáticas.
“Me he basado en el color de las flores y las hojas, en la naturaleza circundante combinada con los motivos de la cultura vietnamita donde nací. Lo importante es el hecho de que provienen de los sentimientos que hay dentro de mí, las emociones que hay dentro de cada uno de nosotros”, explica el creativo.
Es por eso que sentimos estas ilustraciones como parte de nosotros mismos.
Nguyen Thanh: Web
Por Walter Ego