Con Plantel Matilde, el escultor mexicano concibe un proyecto arquitectónico al servicio de la creatividad.
Proyecto arquitectónico y diseño: Javier Marín.
Ejecución de la obra: Arcadio Marín.
En Sac Chich –que se sitúa en el municipio de Acanceh– en Yucatán, Javier Marín ha creado una escultura habitable en medio de la selva. Ubicado en un terreno de 50 hectáreas (con una parte que fue antes una hacienda henequenera), Plantel Matilde es un proyecto educativo y cultural de residencias artísticas que tiene una conciencia ambiental. Mediante una convocatoria se realizan residencias artísticas en este lugar excepcional. Los artistas seleccionados vienen a crear un proyecto que permita atender de manera creativa los problemas específicos de la comunidad local.
En el piso superior, un observatorio ofrece una vista a 180 grados. En el nivel medio (a la altura del suelo), un espacio semi-cubierto cuenta con dos naves de grandes corredores y columnas de diez metros de altura, dando una sensación de monumentalidad. En el piso inferior (por debajo del suelo), se alojan las habitaciones para los artistas.
El objetivo de Plantel Matilde es conocer las condiciones culturales, sociales e históricas de las comunidades del municipio de Acanceh, para poder resolver problemas concretos gracias a ideas creativas y artísticas. Este programa corre a cargo de la Fundación Javier Marín.
“Como resultado de la primera residencia con dos artistas multidisciplinarios, se creó el proyecto Central de Talleres de Sac Chich. (…) El programa se basa en la idea de que los procesos artísticos tienen el potencial para despertar conciencias en busca del bien común y la resolución de conflictos locales”, comentó el equipo detrás del proyeto. En este laboratorio de ideas, la inventiva está al servicio de la vida.
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