En un pequeño teatro capitalino, las luces están a punto de encenderse para dar vida a Sexy Boom, una hilarante y feroz crítica al mundo del espectáculo frívolo chileno. Tres bailarinas —una diva venida a menos, una joven entusiasta y una chica recién llegada— ensayan sin descanso bajo la mirada neurótica y extravagante de Lalo, un coreógrafo apasionado por el arte y aplastado por la mediocridad del ambiente.
Con humor ácido, coreografías improvisadas y discusiones que escalan de lo íntimo a lo social, la obra nos muestra los bastidores del vodevil: allí donde el glamour es apenas un barniz sobre las tensiones, las envidias, los abusos y los sueños rotos. Las protagonistas no solo luchan por su lugar en el escenario, sino por su dignidad en un sistema que las cosifica, las reemplaza y las divide.
Pero Sexy Boom no es solo un desfile de humor chispeante y diálogos punzantes. Es también una declaración de amor al oficio del teatro, donde incluso el payaso herido —como en I Pagliacci— debe seguir adelante. Esta comedia mordaz de Luis Rivano nos confronta con una pregunta crucial: ¿cuánto estamos dispuestos a ceder para seguir en escena?










