En un edificio de tres pisos, colindante a un río y perdido entre los márgenes de una ciudad, laten los secretos, deseos y dolores de una comunidad que sobrevive entre carencias, sueños y desilusiones. En este universo poblado de personajes vibrantes y contradictorios, “Río Abajo” despliega con lirismo y crudeza una de las obras más potentes de Ramón Griffero.
Con una estructura cinematográfica, la acción se fragmenta en escenas dinámicas donde conviven la ironía, la ternura, la crítica social y una profunda sensibilidad poética. Desde Waldo, joven introspectivo que conversa con el río, hasta Lorena, una muchacha dulce e infantilizada que arrastra traumas indecibles, cada personaje representa una capa de la sociedad excluida.
La obra nos introduce en el cotidiano de una población atravesada por el abandono estatal, las secuelas de la dictadura, el narcotráfico y la descomposición del tejido afectivo. Pero también hay humor, solidaridad, pasiones adolescentes, cuerpos que se buscan y canciones que sobreviven al espanto.
“Río Abajo” no solo es una crónica social, sino una experiencia escénica sensorial donde la escenografía cobra vida, los silencios hablan, y el agua del río arrastra mucho más que palabras: arrastra la historia de un país herido.
Ideal para elencos numerosos, propuestas escénicas contemporáneas y directores/as que busquen desafiar las formas narrativas convencionales. Una obra inolvidable, poética y desgarradora.










