El enfermo imaginario es una comedia ingeniosa y aguda de Molière que mezcla sátira, amor, engaños y muchas lavativas. La historia sigue a Argan, un hombre completamente convencido de estar gravemente enfermo, aunque su único síntoma real parece ser su dependencia de los médicos y medicamentos. Su mundo gira en torno a recetas, enemas y diagnósticos dudosos, mientras que su criada Antonia intenta, con sarcasmo y picardía, devolverle un poco de sentido común.
A este caos se suma Angélica, su hija, enamorada de un joven que su padre rechaza por no ser médico, y Belisa, la segunda esposa de Argan, que lo cuida con devoción… o al menos eso aparenta. El deseo de Argan de tener un yerno doctor da pie a un desfile de personajes ridículos, discursos científicos absurdos y una crítica feroz al sistema médico de la época.
Llena de escenas delirantes, música, bailes, y hasta intermedios cómicos, esta obra no solo ofrece risas, sino también una mirada inteligente sobre el poder, la hipocresía y la confianza ciega en la autoridad. Ideal para públicos que disfrutan del teatro clásico, la sátira social y las historias de amores contrariados con un fondo de crítica brillante.