La historia transcurre en una provincia italiana. El pueblo está revolucionado por la llegada de tres nuevos habitantes; la anciana doña Frola, su hija y su yerno, el señor Ponza. El trío esconde un misterio. La esposa del señor Ponza vive encerrada en su habitación, en la parte más alta de su casa. El único contacto con su madre son las cartas que se escriben diariamente y los breves diálogos que sostiene con ella desde la ventana. Los vecinos están indignados, no entienden por qué la mujer no sale a la calle. Ponza dice que la anciana está loca, que en realidad la que vive encerrada no es su hija, sino que ésta ha muerto y él se casó con otra. Frola dice que el loco es Ponza, que no reconoce a su primera esposa y cree que se ha casado por segunda vez, cuando en realidad es la misma mujer de siempre. Ambos construyeron una ilusión para proteger al otro y a la vez sostener sus propias vidas. Para preservar esa ilusión, la señora Ponza no debe salir nunca a la calle.
La obra trata el tema de la verdad, el contraste entre realidad y apariencia, entre verdadero y falso. Pirandello pone en crisis la idea de una realidad objetiva que pueda interpretarse de modo unívoco mediante los instrumentos de la racionalidad.