Dar forma a la imaginación y a la fantasía, materializar los sueños o hacer que las quimeras cobren vida, son virtudes al alcance de unos pocos privilegiados.
Las obras de John Morris surgen de su universo mental infinito y de dibujos e ilustraciones exhaustivas que son el resultado en una investigación intensiva y que funcionan como bocetos y planos de sus detalladas esculturas.
En la obra de Morris se mezclan materiales e influencias que van desde la literatura o el cómic hasta la fotografía de moda o los manuales antiguos de medicina que estaban llenos de huesos, músculos y anatomías.
Utiliza hábilmente cuero, latón y acero inoxidable para proporcionar fuertes contrastes con la cálida textura de la madera, el material al que le saca más partido.
John Morris es británico pero emigró a Australia con su familia cuando tenía tan sólo 3 años. Comenzó su carrera artística en el Colegio Queensland de Diseño Gráfico, y trabajó como ilustrador freelance antes de dar su giro definitivo hacia la escultura de madera en 1996.

Este escultor es muy conocido en el mundo de la publicidad y el diseño, pero rehusó sucumbir al ordenador. Sus origenes artesanos con el lápiz y el papel, le condujeron a abandonar la industria y lo digital para disfrutar del primario arte de la escultura.
Siente predilección por las figuras animales y las humanas; en las esculturas en las que representa perros o gatos, plasma su empatía hacia estas criaturas y no sólo recoge con determinación sus anatomías, sino que también capta la presencia, el lenguaje corporal y la personalidad del animal al que da “vida”.
Sus formas humanas, son primordialmente femeninas; hadas, heroínas, protagonistas de cuento, sirenas o chicas normales, no hay reglas ni líneas ni sus composiciones ni en sus conceptos.
“La figura siempre ha sido central en mi obra, en dos y tres dimensiones […] desde que tengo memoria he estado fascinado por la anatomía y la mecánica del cuerpo, natural y artificial, humano y no humano, real e imaginado.
La deconstrucción y reensamblaje de la figura en formas extrañas y maravillosas, combinada con otros elementos, es el núcleo de la mayoría de mis ideas. La mezcla de imaginería e inspiración es lo que las hace interesantes. El pequeño boceto inicial, no importa cuán minúsculo o simple sea, contiene la esencia de una idea; remitiéndome a él puedo volver sobre la pista si me estoy saliendo del camino” , declara Morris




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