Por Gabriela Bravo desde Cannes
Por primera vez en la historia de Jordania una película fue seleccionada en la Semana de la Crítica, uno de los certámenes del Festival de Cannes. El director Amrad Al Rasheed muestra a través de su opera prima, Inshallah a Boy (que se puede traducir como Ojalá sea niño), la terrible realidad de las mujeres árabes que pierden a su marido y que, al no tener un hijo varón, solo pueden heredar la mitad de los bienes.
La cinta cuenta la historia de Nawal, una mujer casada y con una sola hija que está buscando quedar embarazada. Inesperadamente su marido muere y comienza todo un calvario para Nawal ya que según las leyes islámicas las mujeres solo reciben la mitad de la herencia, mientras que los hombres reciben su parte completa. Al no haber ninguna figura masculina en su núcleo familiar, la mitad de lo que posee será repartido entre los hermanos del marido.
Con esta película el director nos introduce en una sociedad patriarcal en donde las mujeres tienen que buscar diferentes estrategias para poder sobrevivir sin un hombre a su lado, ya que ellas son consideradas como menores de edad toda la vida, es por esto que la tuición legal se le entrega a la figura masculina de la familia; primero el padre y luego el esposo, incluso al hijo varón en caso de la muerte del padre.
Culturizarte conversó con el director Amrad Al Rasheed sobre su película y la realidad de Jordania
¿Cómo ves la situación de las mujeres en Jordania con respecto a la tuición legal?
La tuición de las mujeres en Jordania es la misma que viven las mujeres en el mundo árabe, no tienen igualdad de derechos, a veces, por las tradiciones o la normalización de conductas a lo largo de muchos años. Ahora nosotros debemos cuestionarnos esos comportamientos, las mujeres son la mitad de la sociedad. ¿Cómo puedes construir una sociedad con la mitad de las personas sufriendo de desigualdad y de leyes que controlan su libertad y sus vidas?, es por eso que debemos replantear nuestras leyes, nuestro comportamiento para crear una mejor sociedad.
¿Es por esto que quisiste hacer una película con esta temática?
Para ser honesto es por lo humano, yo quería contar esa historia porque es interesante para mí. Es una historia inspirada en un familiar muy cercano que vivió casi la misma situación que el personaje Nawal. Después me puse a investigar y me di cuenta de que esto es un gran problema en nuestra sociedad, pero que hay otros problemas alrededor del mundo como el salario o la igualdad entre las mujeres de occidente y de oriente, entonces, no es solo sobre Jordania o en el mundo árabe. Quise plantear preguntas para que la gente piense al respecto, porque considero que necesitamos pensar primero y empezar una conversación para ser capaces de cambiar y desarrollar nuestra sociedad.
En la película retratas la sociedad de Jordania desde el punto de vista de la injusticia contra la mujer, pero también las injusticias sociales ¿puedes contarnos algo esto?
A través de mi búsqueda cuando desarrollaba la historia y el guion con mi coescritora Rula Nasser, me di cuenta de que estas leyes no solo controlan a mujeres pobres, sino que afectan a todas las mujeres e incluso a las que tienen una mejor situación social, así que mi intención era demostrar que donde sea que vivas y de la clase social que seas, las mujeres son el eslabón más débil y las grandes perdedoras, al final cuentas debido a estas leyes, y al mismo tiempo mostrar cómo la sociedad trata a las mujeres. La idea principal era resaltar que esto les sucede a diferentes mujeres de diferentes clases sociales.
En la película vemos el personaje de una mujer rica que, pese a que el sistema no le conviene, lo sigue defendiendo.
Ella lo defiende porque es lo que conoce, esa es la forma en la que fue educada y finalmente así es su vida y quiere lo mismo para su hija porque cree que es lo mejor para ella y porque esa es su experiencia de vida. Al final es un reflejo de la sociedad, es una mujer que acepta este tipo de vida sin pelear, y yo creo que esto es parte del combate que hay que dar también.
Esta es la primera vez que una película de Jordania viene al Festival de Cannes, ¿Cómo te hace sentir eso?
Fue una noticia espectacular, Cannes es algo enorme, uno de los festivales más importantes en el mundo y un buen lugar para presentar mi primera película. En Jordania la noticia fue recibida como algo enorme y tuve mucho apoyo allá. Antes de venir a Cannes tuve una entrevista con un canal local y me hicieron sentir como un héroe nacional. Fue un gran sentimiento.
¿Fue difícil el desarrollo de la película en cuanto a financiamiento y tiempo?
Para ser honesto, fue un viaje de seis años, incluyendo dos de COVID, así que tuvimos una pausa entremedio. Al principio fue frustrante en cuanto al tiempo y al financiamiento, pero mirando en retrospectiva creo que es el ciclo de las películas independientes, tomó tiempo, pero agradezco a todos los patrocinadores y todo el apoyo que tuvimos. Esto es parte de hacer una película independiente y espero que la siguiente tome menos tiempo.
Este es un tema difícil, ¿tuviste algún problema relacionado al tema y la cultura en el país, como obtener la aprobación, por ejemplo?
En Jordania no tenemos censura gubernamental, como cineastas tenemos permitido hablar de lo que sea, tenemos libertad en este sentido afortunadamente. El tema fue la audiencia, porque la industria cinematográfica en Jordania es muy pequeña, entonces, no tenemos muchas películas aún, pero ahora con esta ola de cine que se está dando en Jordania, las personas y la audiencia encuentran complicado verse a sí mismas en la pantalla, son bastante sensibles en cuanto a estos tópicos, así que por ese lado es un poco complicado. El año pasado se hicieron dos películas y fueron bien recibidas, pero aun así tuvieron algunos conflictos porque es algo nuevo para la audiencia. Una parte de la audiencia tiende a decir “esta película no representa a Jordania”, y es chistoso porque aún no tenemos una cultura de cine en general, por lo que es difícil para ellos verse en la pantalla grande.
¿Esperabas una reacción similar?
Espero que sea bien recibida, no tengo ningún tipo de expectativas, solo creo que es importante hablar de ciertos tópicos de una forma inteligente, mi mayor propósito era hacer preguntas y empujar a la gente a pensar, espero que sea bien recibida.
Tu personaje principal es una mujer muy fuerte, su hija también ¿Cómo seleccionaste a la actriz y cómo construiste su personaje?
Para Mouna Hawa, el personaje principal, me tomé mi tiempo y los productores me lo dieron, me tomó dos años decidir que ella sería mi personaje principal, pasé por muchas audiciones para hacer eso. Había visto trabajos de Mouna y me gustó, ella es super talentosa, pero eso no fue lo único que estaba buscando, yo estaba en búsqueda de personalidades, y Mouna tiene una gran personalidad, es una mujer fuerte, inteligente. Pasamos muchas horas hablando acerca de diferentes cosas y tópicos en los que acordábamos y desacordábamos, lo que me permitió entender mucho mejor su personaje, su lenguaje corporal, su look, esto me ayudó a encontrar las claves para motivarla, eso pasó con casi todos los personajes que elegí para la película.
Inshallah a Boy hace pensar en otras películas con temáticas parecidas como Una Separación del iraní Asghar Farhadi, ¿ya te lo han dicho?
La verdad es que sí. Creo que esto se debe a que nuestras culturas son muy próximas, tal vez sea porque Irán también es un país islámico, compartimos experiencias parecidas. Yo estoy muy influenciado por el cine iraní, pero esta película expresa mi voz. Lo tomo como un cumplido porque es un director que admiro mucho, pero es mi visión, mi forma de contar la historia.
¿Cómo filmaron las escenas más fuertes, por ejemplo, las del juzgado, que requieren de más emoción?
Todo empezó con los ensayos de las escenas, yo quería algo natural lo más cercano a cómo hablamos en la vida real, no quería una sobre actuación, sino más bien que lo actores sintieran la situación. Fue mi principal trabajo ponerlos en esa situación y leer su lenguaje corporal, cómo se paran, cómo se miran, por qué se miran así y darles la motivación, pero no decirles que sonrían o no, sino más bien explicarles por qué tienen que sonreír o por qué tienen que decir la oración con cierto tono, es muy importante cómo usan la voz para entregar el mensaje. Intentamos varias técnicas en el set que funcionaron.
¿Crees que hiciste una película feminista?
No, yo creo que hice una historia humana, no creo que esta historia tenga un género, sufrimos por el problema de géneros en nuestra vida real y ahora queremos implementarlo a las historias, y creo que no es eso, nadie la llama una historia feminista, la historia es la historia sin género, sin sexualidad, solo una historia humana porque hombres y mujeres hemos creado esta sociedad, así que no.
¿Cuáles son tus estudios y experiencias en cuanto a cine?
Estudié una Maestría en Bellas Artes e hice tres cortos, pero esta es mi primera vez en Cannes. Mi pasión por contar historias es lo que me motiva a seguir, siento que, si quiero contar una historia o decir algo, las personas me dirán algo también, y el cine es el camino que encontré para hacerlo, además, siempre he tenido el sueño de contar historias y creer en ellas, es muy personal e importante para mí, por eso es que quise hacer esto.
¿Tu pariente ha visto la película?
No, no la ha visto pero la verá. No le dije que la película está inspirada en ella, pero en realidad no es importante porque está inspirada en varias historias de mujeres en la sociedad. Mientras estaba desarrollando la historia, cuando empezamos a poner atención en los relatos, nos dimos cuenta de que estas cosas pasaban y que les pasaban a mujeres cercanas. Después de la proyección de Inshallah a Boy se me acercó una mujer de los Emiratos Árabes y me dijo: “Esta es mi historia” porque ella también tiene una hija y también tuvo que transferir dinero a otras cuentas secretas en caso de que algo le ocurriera a su esposo y solo pudiera heredar la mitad de los bienes. Me dijo: “No poseo nada, nada me pertenece”. En la película vemos que la protagonista se empecina con quedarse con la camioneta de su marido pese a que ella no sabe manejar, pero es un símbolo de la libertad que quiere poseer.
Ficha Técnica
Título Original: Inchallah Walad /Inchallah a boy
Dirigida por: Amrad Al Rasheed
Año: 2023
Duración: 116 min.
País: Jordania
Distribuida por: Pyramide International
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